Seguros y seguridad vial: ¿Quién tiene la culpa de un accidente? (I) - Fundacion Línea Directa Blog
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15/02/2024Seguros y seguridad vial: ¿Quién tiene la culpa de un accidente? (I)
La seguridad vial tiene por objetivo reducir los accidentes de tráfico a través del análisis y la mejora de las infraestructuras, los vehículos, las normas de circulación o la concienciación de la sociedad. Pero una vez llegado el accidente, no siempre queda claro quién tiene la responsabilidad, que queda a la interpretación de las compañías y, en última instancia, de los jueces. A continuación, analizamos algunos de los casos más comunes.
Las aseguradoras cuentan con un complejo sistema de convenios y acuerdos que, en caso de accidente, permiten reclamarse entre ellas en base a unos criterios concretos inspirados en el Código de Circulación. Aunque la casuística es muy amplia y variada, a continuación repasamos algunos de los casos y resoluciones más comunes.
Golpeamos dando marcha atrás.
Si doy marcha atrás y golpeo a otro coche, seré responsable del accidente y mi compañía tendrá que responsabilizarse de los daños que cause. Eso sí, hay una excepción: cuando dos coches se golpean entre sí yendo marcha atrás -algo relativamente común en los aparcamientos-, la culpa será compartida.
Me golpea la carga de otro coche
A efectos de determinar la responsabilidad en un accidente, la carga de un coche forma un solo conjunto con el vehículo, por lo que si golpeamos a otro vehículo con ella, seremos responsables y deberá ser nuestra compañía de seguros la que se haga cargo de los desperfectos causados, aunque en ningún caso nos pagará los daños en la carga. Otro caso diferente (y más complejo) es si la carga se desprende y provoca los daños, en cuyo caso será la aseguradora de los propios bienes la que tenga que hacer frente a los perjuicios.
Atropello
En principio, determinar la responsabilidad de un atropello debería ser sencillo: si el peatón está cruzando por un paso de cebra, debería ser responsabilidad del conductor y si lo hace por un lugar no habilitado, debería ser del viandante. Sin embargo, la cuestión no es tan simple. En algunos siniestros de este tipo no se responsabiliza completamente al peatón, ya que al ser especialmente vulnerable, se concede cierta concurrencia de culpas entre él y el coche. En este sentido, hay que tener en cuenta que el peatón puede carecer de seguro que le proteja, dejándole en una situación muy comprometida.
Golpear por detrás
Si un coche golpea a otro por detrás será el “culpable” del accidente, ya que siempre se debe guardar la debida distancia de seguridad para responder ante cualquier imprevisto de la circulación. Una excepción: cuando el accidente implica a tres vehículos o más; los famosos “lanzamientos”, siniestros provocados por un coche que golpea a otro y lo lanza contra un tercero, provocando daños a ambos. En este caso, aunque los daños del tercer vehículo se los haya causado el segundo, la reclamación siempre irá contra el primero
Golpeo a un animal
En el caso de que golpeemos un aminal, debemos distinguir si éste es doméstico o cinegético, una categoría determinada por la ley. En el caso de los animales domésticos, deberá ser su dueño quien tenga que hacer frente a los desperfectos; en el de los cinegéticos, la casuística es mucho más complicada.
Como norma general, si se atropella a un animal cinegético la responsabilidad siempre es del conductor, aunque hay excepciones, como que el atropello sea consecuencia directa de una acción de caza colectiva de caza mayor llevada a cabo el mismo día o que haya concluido 12 horas antes, en cuyo caso, el responsable es el dueño de coto. Lo cierto es que, en la práctica, la dificultad de probar estas dos exigencias introducidas en la ley en 2014 provoca que la inmensa mayoría de las reclamaciones no prosperen. No en vano, según un informe de Línea Directa, el éxito en las reclamaciones a los cotos ha descendido del 48% registrado en 2013 al 3% de 2021.
Rotondas
El blog de la Fundación Línea Directa ya analizó esta cuestión en otra entrada. Las rotondas, soluciones prototípicas del urbanismo extensivo de la segunda mitad del siglo XX, constituyen uno de los lugares más críticos para la accidentalidad, ya que aún hay una gran cantidad de automovilistas que no saben circular por ellas. Uno de los momentos más complejos y que dan lugar a un mayor número de situaciones de riesgo es cuando el automovilista que circula por el carril interior de la rotonda quiere tomar una salida y golpea a otro coche que circula por el exterior. Pues bien, en este caso, el culpable es siempre el conductor que circula “por dentro” de la rotonda, ya que, a todos los efectos, invade el carril de otro vehículo que circula por él con normalidad.
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