Los efectos de la falta de luz afectan especialmente a la conducción nocturna. De hecho, durante la noche, el campo de visión se reduce un 20%, afectando, entre otras capacidades, a la percepción de la velocidad, la identificación de las señales y la visión periférica y de profundidad. Además, los deslumbramientos, la somnolencia, que puede causar accidentes muy graves, y la “hipnosis de la carretera”, que produce una mecanización de la conducción que ralentiza la actividad cerebral, convierten a la conducción nocturna en un desafío para muchos automovilistas. Un riesgo que tiene su fiel reflejo en las estadísticas.

Los datos revelados por el último informe de la Fundación Línea Directa hablan por sí solos: desde 2013, más de 6.500 personas perdieron la vida en más de 276.000 accidentes nocturnos, con una evolución muy negativa. De hecho, en los últimos 11 años, el número de fallecidos en este tipo de siniestros se incrementó un 24%, registrando, además, una letalidad muy alta. En este sentido, pese a que la accidentalidad nocturna aporta “solo” un tercio del total de fallecidos en accidentes de tráfico, su letalidad es mucho más elevada que la de los siniestros diurnos, ya que en proporción, registra un 55% más de fallecidos que los accidentes que ocurren de día. Mientras que en los accidentes diurnos cuentan con un 1,1% de fallecidos sobre el total de víctimas, los nocturnos alcanzan el 1,7%. Asimismo, más de 1.500 peatones y más de 1.300 motoristas fallecidos en accidente desde hace 11 años, lo que supone el 24% y el 20% del total de fallecidos.

Cómo y dónde suceden

La víctima más habitual de los accidentes nocturnos es un hombre de 38 años con casi 20 años de experiencia al volante, que conduce un turismo de entre 10 y 15 años de antigüedad y que sufre el accidente en vía urbana. Los siniestros suelen producirse al inicio o al final de la noche, pero, proporcionalmente, los más letales se registran entre las 3 y las 5 de la madrugada. 

Asimismo, el estudio también ha identificado los lugares más peligrosos para conducir de noche en España. Para ello, se han aislado tramos de 20 kilómetros en los que se hayan producido al menos 5 fallecidos durante la última década disponible con el siguiente resultado: los tramos más peligrosos de España para conducir de noche lo encabezan la AP-7, en su paso por Tarragona (km 328-345, 18 fallecidos), la N-340, en Castellón (km 1028-1043, 13 fallecidos) y la A-7 en Málaga (km 167-177, 11 fallecidos)

Qué opinan los españoles

El informe de la Fundación Línea Directa incluye una encuesta a 1.700 conductores en la que recogen sus hábitos y opiniones sobre la conducción nocturna. Los resultados son claros: los mayores temores de los automovilistas a la hora de ponerse al volante por la noche son la falta de visibilidad (33%), los deslumbramientos (21%) y la somnolencia (15%). 

Respecto a la falta de visibilidad, 19 millones de conductores reclaman mejorar la iluminación de las vías convencionales (68%), mientras que 11,6 millones (41,5%) piden lo mismo respecto a los pasos de peatones. En cuanto a los deslumbramientos, el 88% de los encuestados afirma haberlos sufrido mientras conducían por la noche.