La preocupación por el medioambiente, la lucha contra la contaminación atmosférica y la necesidad de repensar el urbanismo desde una perspectiva sostenible han hecho de los Vehículos de Movilidad Personal uno de los medios de transporte con mayor proyección en el transporte urbano de nuestro país. Sin embargo, la ausencia de un marco normativo claro y de controles formativos rigurosos provocó que la DGT ya advirtiera de que, si no se hacía nada, las cifras de accidentalidad en ciudad empeorarían. Por ello, la Administración aprobó medidas como la definición técnica de los VMP, la exigencia de la certificación y homologación de estos vehículos y la obligatoriedad del casco; una exigencia que, hoy en día, carece de efectividad real al no haberse reformado el Reglamento General de Circulación para determinar los requisitos de esta obligación. 

En cualquier caso, los datos son claros: en 2023, último año del que hay datos a 30 días del accidente, se registraron más de 6.000 accidentes con víctimas, en los que hubo 10 fallecidos, 341 heridos hospitalizados y más de 5.300 heridos no hospitalizados, lo que confirma la continua escalada de las cifras de siniestralidad de este tipo de vehículos. De hecho, en 2023 se ha registrado un incremento respecto al año anterior del 30% en el número de accidentes, del 25% en el número de fallecidos, del 9% en heridos hospitalizados y del 28% de heridos no hospitalizados. 

Principales retos de los VMP

Según la Fundación Línea Directa, para la consolidación y la creación de una movilidad sostenible en el ámbito de los Vehículos de Movilidad Personal, se han de resolver varias cuestiones fundamentales, que ya expuso en su estudio sobre “Nueva Movilidad”:

• Formación: en la actualidad, los usuarios de VMP pueden empezar a circular sin tener necesariamente ningún conocimiento sobre las normas de tráfico. De hecho, según la Fundación Línea Directa, el 71% de estos conductores circula en ocasiones por la acera y el 45% ha sobrepasado en alguna ocasión los límites de velocidad establecidos para estos vehículos.
• Casco: es necesario agilizar la entrada en vigor de esta obligación, aún pendiente de la modificación reglamentaria. Una norma necesaria y urgente, ya que el 50% de los usuarios de VMP reconoce que circula sin casco.
• Seguro: el Gobierno aprobó en 2024 un proyecto de ley encaminado a exigir la obligatoriedad del seguro. No en vano, de los 816 siniestros de estos vehículos en los que hubo una colisión en zona urbana, 473 fueron con peatones, 106 con otros VMP y 84 con bicicletas. En todos los casos en los que el usuario no tuviera un seguro, deberá resarcir directamente los daños y perjuicios causados, lo que puede incluir lesiones, lucro cesante y daños materiales.